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martes, 20 de junio de 2017

DEJAR LAS DROGAS

         TOXICIDAD DE LOS ESTIMULANTES                                 Y SOBREDÓSIS



Toxicidad de los estimulantes y sobredosisLos estimulantes psicomotores pueden producir tres clases de problemas severos para la salud. Primero, la toxicidad de dosis únicas puede provocar la muerte por sobredosis. Segundo, el consumo crónico de dosis progresivas conduce a problemas conductuales particulares. Y por último, hay numerosos problemas de salud asociados con el consumo a largo plazo que no son producidos específicamente por la droga en sí, sino por el estilo de vida de la toxicomanía.
Todas estas sustancias pueden matar en dosis de uso recreativo. Una dosis única, clínicamente apropiada, de anfetamina, metanfetamina, cocaína, metilfenidato o efedrina, rara vez produciría la muerte, a menos que el individuo tuviese un problema de salud subyacente. Pero las personas usan drogas de procedencia ilegal rara vez saben qué dosis están tomando. Asimismo, los niveles plasmáticos pueden aumentar gradualmente hasta niveles tóxicos durante el consumo prolongado, un patrón común de consumo de estimulantes. Es frecuente que la gente siga consumiendo cocaína hasta que sienten los efectos secundarios desagradables, pero tales señales de advertencia pueden llegar demasiado tarde si la droga se acumula en el organismo rápidamente.
¿Qué ocurre cuando los niveles en la sangre alcanzan niveles tóxicos? Los primeros efectos son simples exageraciones de la respuesta a la droga: la energía y la sensación de alerta se convierten en nerviosismo o incluso en paranoia y hostilidad, y el incremento del movimiento se vuelve repetitivo y sin sentido. El leve aumento del ritmo cardíaco se convierte en fuertes palpitaciones o dolores en el pecho, y la piel se enrojece con la subida de la temperatura corporal. Los dolores de cabeza son comunes debido a los efectos en los vasos sanguíneos. Las náuseas y el vómito acompañan estos síntomas. Los niveles tóxicos también pueden producir derrames cerebrales, ataques al corazón o aumentos fatales de la temperatura corporal. En el caso de la cocaína, el patrón es un poco distinto. El aumento de la temperatura corporal es relativamente raro, pero las convulsiones son comunes. Las convulsiones pueden aparecer en cualquier momento. Más que un cambio permanente en el cerebro, la razón puede ser el patrón en aumento del consumo que conduce a niveles cada vez más altos en la sangre.
Los estimulantes, especialmente la cocaína, pueden aumentar el interés por el sexo, pero la actividad sexual se puede volver más difícil. Los estimulantes constriñen los vasos sanguíneos del pene, lo que dificulta mantener unas erección y puede retardar la eyaculación.
Asimismo, hay serias consecuencias sociales relacionadas con el consumo crónico de estimulantes psicomotores. La hostilidad en aumento, la paranoia y la beligerancia que se asocian con niveles más altos de estimulantes en la sangre, producen violencia.
Con el consumo crónico se desarrollan distintos problemas. A medida que aumenta con consumo más frecuentes, los movimientos repetitivos y extravagantes se vuelven más exagerados. Se trata de conductas autodirigidas, como intentar quitarse insectos imaginarios bajo la piel o montar y desmontar algún aparato, o comportamientos más sociales como mantener relaciones sexuales o conversaciones repetitivas. Cuando los comportamientos hostiles y paranoicos se adueñan del toxicómano, éste se asemeja a un paciente esquizofrénico en plena intoxicación por anfetaminas, aunque generalmente no presenta el pensamiento desordenado. Después de unos días de hospitalización, la persona vuelve a la normalidad, aunque a veces los cambios de comportamiento persisten.
¿Cuáles son los efectos del consumo prolongado de anfetaminas en las funciones principales del organismo? Depende de cómo se administre la droga. La cocaína y la anfetamina son potentes vasoconstrictores que cortan el suministro de sangre a la región donde llega la droga. La cocaína esnifada puede producir úlceras en el recubrimiento de la nariz debido al suministro de sangre deficiente, mientras la cocaína o anfetamina fumadas pueden ocasionar sangrado en los pulmones. También aparecen úlceras estomacales o daños intestinales con el uso por vía oral o intranasal a largo plazo. Los problemas cardíacos son también muy comunes. El uso prolongado de estimulantes acelera el desarrollo de la aterosclerosis y puede provocar un daño directo en el músculo cardíaco por falta de oxígeno. El consumo a largo plazo también se asocia con muchos problemas que no son provocados directamente por las drogas: malnutrición, hepatitis, sida y otras enfermedades infecciosas.
Por último existe la posibilidad de que el uso crónico de metanfetamina puede provocar daño neurotóxico prolongado.


                   

               DEJAR EL ALCOHOLISMO

sintomas del alcoholismoEn la mayoría de los casos, cuando el problema del alcoholismo ya está instaurado en una persona, ésta es la que menos cuenta se da de su existencia o la que lo hace en último lugar. Efectivamente, suelen ser los demás, los que le rodean, quienes perciben antes que para aquella persona el alcohol constituye un daño real.
Son muchos los signos que pueden alertar de esta situación a una persona de su entorno. Algunos de ellos, cuando se hacen evidentes, no son necesariamente indicio de un uso indebido del alcohol, sino que es posible también que se deban a algún otro tipo de crisis por la que esté atravesando. De cualquier modo, son todos ellos sugestivos de que esa persona necesita ayuda.
Se han propuesto los siguientes signos de alarma:
– En cuanto al aspecto físico: cansancio, indiferencia como expresión de falta de energía, pasividad, señales físicas como ojeras, ojos enrojecidos, etc.
– En cuanto al proceso de aprendizaje: dificultades en la concentración, irregularidad en la asistencia a clase, ritmo de estudio desigual con perturbación en el aprendizaje, pasividad para resolver problemas.
– En cuanto al comportamiento: cambios bruscos de humor, postura de resignación y falta de participación, frecuente tendencia al consumismo, incapacidad para tomar decisiones, inhibición de culpas y responsabilidades, rehuir conflictos, sentimientos de debilidad compensados por una falsa apariencia de fuerza, rechazo de ofertas de ayuda, comportamiento agresivo, infracciones del reglamento escolar, estados depresivos.
– En cuanto a la relación con los demás: escasas relaciones con los demás, inhibiciones en el trato con los del otro sexo, mal comportamiento con sus compañeros, cambio frecuente de relaciones, tensiones en las relaciones con los padres y educadores, falta de comunicación sobre las dificultades e inquietudes personales, comportamiento sistemático de oposición.




                 DEJAR LA ADICCIÓN A LA NICOTINA


Dejar la adicción a la nicotinaCualquier valoración honesta y completa de la literatura científica y médica acerca de la nicotina lleva a la conclusión de que esta sustancia causa dependencia física y adicción.
En la terminología psicológica, un refuerzo es algo que motiva a una persona a esforzarse por obtener más. Es sabido que la nicotina estimula la liberación del neurotransmisor dopamina en áreas del cerebro que intervienen en la estimulación. Por eso los animales de laboratorio buscan la manera de obtener nicotina; siempre que las ratas tengan la oportunidad de oprimir una barra para autoadministrarse pequeñas dosis de nicotina, la oprimirán. Y los animales adolescentes lo harán con mucha más frecuencia que los adultos. Asimismo, las personas que llevan fumando un tiempo, se esforzarán por obtener nicotina. En realidad, todos los fumadores lo hacen cuando gastan su dinero en la compra de cigarrillos.
Tolerancia
Hay un rápido desarrollo de tolerancia a los efectos de la nicotina. Cuando la gente empieza a fumar, generalmente experimenta una serie de efectos desagradables, como mareo o náuseas, pero estos desaparecen al cabo de días o semanas a medida que la persona sigue fumando. La tolerancia a otros efectos de la nicotina se desarrolla aún con mayor rapidez. Por ejemplo, cuando se administró a un grupo de fumadores dos dosis iguales de nicotina con un intervalo de una hora., mostraron elevaciones más pronunciadas de la frecuencia cardíaca e informaron de que, comparándolas, habían experimentado mayores efectos subjetivos con la primera dosis que con la segunda. Como ocurre con la tolerancia, la abstinencia de nicotina tiene efectos tanto a corto como a largo plazo.
Efectos subjetivos
A pesar de que la nicotina, especialmente cuando se fuma, es claramente adictiva, también difiere visiblemente de muchas otras sustancias adictivas. Carece de los efectos obvios de alteración mental que tienen el alcohol, los estimulantes o los opiáceos. La gente no usa nicotina porque le brinde una descarga de adrenalina o quiera colocarse. Más bien, la mayoría de los consumidores dicen que los tranquiliza y reduce su ansiedad. Pero incluso estos efectos son más complejos de lo que aparentan ser.
Debido a que la gran mayoría de consumidores de nicotina la obtiene fumando, es preciso considerar el hecho de fumar como una clase particular de liberación de la droga. Mucha gente obtiene bienestar y calma a través de pequeños hábitos y rituales personales; cuando se fuma, muchos de estos hábitos se asocian con la liberación de nicotina. Cualquiera o cada uno de estos pequeños rituales puede calmar al fumador y asociarse con los efectos farmacológicos de la nicotina. Si tales hábitos se suman a la liberación de nicotina, es difícil determinar qué función desempeña la nicotina por sí sola en el efecto tranquilizante. Otra consideración es que quienes se refieren a los efectos tranquilizantes que les proporciona el hecho de fumar son con mucha frecuencia personas que han fumado durante un tiempo. Por consiguiente, es difícil saber si la calma es un efecto primario de la nicotina, o simplemente la atenuación de los síntomas iniciales de la abstinencia.



      

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